jueves, 11 de agosto de 2011

IMANES TERAPEUTICOS


Los imanes se utilizan en medicina por su eficacia para obtener determinadas respuestas corporales. Actúan sobre el organismo humano de la siguiente forma:

– Estimulan los puntos de acupuntura y el flujo de energía por los meridianos.
– Influyen positivamente en las células sanguíneas al magnetizar el núcleo de hierro de las moléculas de hemoglobina.
– Aumentan el flujo sanguíneo y elevan la temperatura corporal.
– Aceleran la asimilación de sales debido a la magnetización de los iones metálicos.
– Influyen sobre los impulsos nerviosos y pueden, por tanto, utilizarse como anestésicos.
– Propician el equilibrio entre el anabolismo y el catabolismo.
– Modifican los campos magnéticos de los microorganismos patógenos debilitándolos o causándoles la muerte
EL BIOMAGNETISMO

La terapia del par biomagnético se basa en las propiedades magnéticas de los componentes del cuerpo humano y su objetivo es conseguir el equilibrio bioenergético y del pH del cuerpo.

"El par biomagnético está compuesto de dos cargas principales de polaridad opuesta que se forman a expensas de la alteración fundamental del pH de los órganos que las soportan”, explica el médico Isaac Goiz Durán, de la Universidad Autónoma de Puebla (México), quien a finales de los años ochenta desarrolló un método de tratamiento a partir de la disciplina terapéutica y natural conocida como biomagnetismo médico. En 2005 expuso los resultados de su trabajo, experiencias clínicas incluidas, en el libro Par biomagnético, biomagnetismo médico y bioenergética Experiencias de curación.

“En los últimos años han sido diagnosticados y tratados con este procedimiento muchos miles de pacientes, de los cuales un 98% han mejorado sustancialmente o se han curado por completo. Aunque el número de sesiones depende del tipo de dolencia que se padezca, de su gravedad y antigüedad, y del estado del paciente (edad, metabolismo, estilo de vida, etc.), el tratamiento habitual consiste en una secuencia inicial de tres sesiones semanales, que puede prolongarse durante algunas semanas hasta obtener una mejoría definitiva. Desde la primera o segunda sesión suele empezarse a notar una evolución positiva.

La bióloga y terapeuta Mercedes García, directora del Instituto Psicobiológico DAEG TVP, destaca que “en no muchas sesiones un gran porcentaje de pacientes experimentan rápidas y notables mejorías”.